La mantequilla, grasa y más grasa
La mantequilla es un producto lácteo elaborado a partir de la leche de vaca. Básicamente, es la parte grasa de la leche extraída del conjunto de compuestos de la misma.
Es muy sabrosa y untuosa, por eso se suele ser utilizar para cocinar, hornear y untar el pan.
Pues, mala noticia, la mantequilla está compuesta en un 80% de grasa, el resto es principalmente agua.
Lo que la convierte en un alimento no muy recomendable (una cucharada de mantequilla puede contener más de 100 calorías).
Pero, además, es una de las grasas más complejas que hay.
Es cierto que, en condiciones normales, es un gran alimento. Y que se puede consumir sin problemas, cuando se hace una dieta saludable y compensada.
Es cierto que contiene grasas que son beneficiosas y una cantidad nada despreciable de vitaminas.
El problema de la mantequilla no es la mantequilla en sí.
El problema de la mantequilla viene por el exceso y como la combinamos.
Uno de los consumos mas tradicionales es ponerse una tostada con mantequilla y mermelada.
Y eso, es una bomba, no solo por las calorías, sino porque es una combinación en la que aportas al organismo azucares rápidos, al mismo tiempo que grasas de combustión lenta.
No es culpa de la mantequilla, sino de esta combinación que, en estos tiempos sedentarios, no es nada recomendable.
Pero, dado que todo lo que contiene de beneficioso, puede obtenerse de otras maneras, si queremos adelgazar, es un alimento nada recomendable para la dieta, salvo excepciones, si la combinamos bien.