Aunque nos parezca mentira, tu intestino está lleno de “bichos”.
Ya sé que decirlo así es un poco bárbaro, pero es lo más gráfico que se me ocurre.
Tu organismo es un cosmos y como tal estás habitados por seres para los cuales tú eres su mundo. Miles de millones de esos micro-seres pueblan ese mundo…
Se trata de unas pequeñas bacterias con las que operas en simbiosis: ellas se alimentan de los nutrientes que ingieres y a cambio te prestan ciertos beneficios. Procuran que los alimentos que comes sean bien absorbidos y se “pelean” con las bacterias “malas” que pretenden invadir tu cuerpo para aprovecharse también, pero que no solo no te beneficias sino que además te provocan enfermedades.
Sí amigo/a en tu intestino ¡se libran batallas a diario!
Pues bien, las bacterias buenas, esas que son saludables y te protegen deben renovarse. Ellas hacen lo que pueden para multiplicarse, pero si los ataques son frecuentes, terminan por disminuir.
Para repoblarlas tienes que ingerir periodicamente algunos tipos de fermentados, como los yogures, los quesos, kéfir, chocolate negro, la col fermentada (choucrut), pepinillos en vinagre y el agua de Kombucha, que es un hongo chino que se alimenta de té dulce y que deja bacterias y otros nutrientes en el líquido en el que viven muy beneficios para tu salud.
La verdad es que tu dieta en general es muy deficiente en estos alimentos por lo que tu flora bacteriana está sola ante el peligro cuando sufre ataques de las bacterias “malas”.
Una carencia de esas bacterias derivan en una nutrición insuficiente debido a la mala absorción, ciertos tipos de alergias y frecuencia en las infecciones.
No hay que olvidar que tu intestino se comporta en ciertos casos como otro cerebro y si está en malas condiciones, todo tu cuerpo termina por resentirse.
Una muy buena solución es aportar a la dieta complementos nutricionales probióticos.
Puedes encontrar en los supermercados algunos productos lácteos a los que se les han incorporado. Pero éstos no contienen todas las cepas necesarias ni en grandes cantidades, por lo que lo mejor es recurrir a buenos productos probióticos.